La reciente aprobación del RD 192/2023 y la vigencia de la reglamentación europea MDR 745/2017 han concretado un nuevo escenario regulatorio de los productos sanitarios y por ello de los productos sanitarios de uso diario y habitual para millones de ciudadanos como son gafas y lentes de contacto.

Es el momento indicado para desplegar todos los recursos en los contactos institucionales necesarios para lograr despejar incógnitas y defender el sector frente a situaciones fácticas que sufrimos cada día y frente a potenciales situaciones negativas futuras.

Nos referimos a situaciones actuales como la venta de gafas premontadas de lectura en bazares, gasolineras, tiendas de deporte… que no siempre cumplen con la normativa que les incumbe, y sin una indicación CLARA de la importancia de contar con una prescripción emitida por un óptico optometrista u oftalmólogo. El mismo fenómeno ocurre para las lentes de contacto de carácter cosmético.

También está en una especie de limbo legal la venta de soluciones de mantenimiento de lentillas en supermercados. Aunque las soluciones únicas son productos completamente seguros, su uso siempre va ligado al uso de lentes de contacto, no siendo válida cualquier solución única para cualquier material. Existen interacciones que deberían ser revisadas por un profesional, para evitar problemas debidos a la falta de información adecuada e individualizada que el paciente no recibirá al no ser visitado por un profesional.

Otra tendencia en la que debemos exigir regulación y cumplimiento de la misma es la mecánica de reposición de lentes de contacto, que es permitida legalmente por internet siempre que exista una prescripción inicial por un profesional sanitario (oftalmólogo u óptico); pero no se ha establecido una caducidad de esa prescripción, no se controla el “pruébelas en casa” -sin monitorización del profesional- e incluso puede ser la antesala para que se puedan vender gafas oftálmicas “de reposición”. La solución a estas situaciones pasa por el establecimiento, de una vez por todas, de la obligatoriedad de la receta optométrica (y con plazo de caducidad de la misma) y de la clarificación de las conductas no permitidas.

También preocupa la exigencia de ciertos segmentos de nuestro sector de eliminar la obligatoria adscripción de un director técnico titulado a cada establecimiento sanitario de óptica, situación que no podemos permitir ya que relegaría a nuestro sector a un mero sector comercial y reduciría o eliminaría el componente sanitario del mismo.

Desde ANEOP pensamos que para la solución, clarificación y mejora de estas situaciones es más que conveniente la existencia de un ente que, de manera sinérgica, efectiva e implicada, permita hacer un seguimiento sobre el cumplimiento de la normativa a fin de garantizar la seguridad y calidad ante el usuario de los productos dispensados, así como el cumplimiento de los aspectos regulatorios definidos.

ANEOP y ADIRETEC-SVO proponen la participación en el citado Observatorio tanto de las administraciones públicas (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Ministerio de Sanidad, Consejerías de las CCAA) como de los representantes asociativos del sector de toda la cadena comercial (fabricantes, importadores, distribuidores…), del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, como representantes institucionales  de la profesión óptica y, también, la participación de las Universidades y de las asociaciones de usuarios y consumidores.

El Observatorio se ocuparía de la detección de esas prácticas irregulares (para, por ejemplo, iniciar procedimientos sancionadores por parte de la administración) y de canalizar las iniciativas para la regulación sectorial, impulso de nuevas normas y/o actualización de las existentes.

Todo para la mejora de la salud visual de los ciudadanos y para el mantenimiento de la magnífica red de asistencia primaria que constituyen los establecimientos sanitarios de óptica en nuestro país.

Desde ANEOP os pedimos a todos los asociados, y también a los no asociados, que colaboréis y apoyéis en esta posición reivindicativa para seguir estando orgullosos de ser ópticos optometristas como profesionales sanitarios.